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Rosa Marco es una mujer para mí, extraordinaria, sobre todo por lo que te transmite: alegría, fuerza, determinación, seguridad, positividad, y ese brillo en la mirada, la expresión de su cara cuando habla, conversar con ella es como abrir un libro donde página a página encontrarás consejos y grandes lecciones de vida.

No puedo contar su trayectoria sin antes mencionar su historia familiar, donde su bisabuela, abuela y madre fueron mujeres inusuales para su época: empresarias con gran visión y dotes comerciales, Rosa al igual que ellas, ha dejado en nuestra ciudad una enorme huella.

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Santa Coloma ha sido y sigue siendo, cuna de grandes emprendedores en todo tipo de ámbito, sea comercial, artístico, deportivo, tecnología, entretenimiento, etc

Quedo con Rosa una tarde de Junio en una céntrica cafetería y me cuenta su vida, finalmente hablar de ella es hacer un repaso a la historia de nuestra ciudad.

«Empiezo a trabajar en el año 1965 aproximadamente, siempre he sido muy inquieta y he trabajado con la familia gracias a la formación que tuve en comercio… pero la ilusión por los negocios, hacer cosas con y por la gente, me viene desde mi bisabuela y mi abuela. Ca L´Amalia (mi bisabuela) era una mujer valiente, ella y mi bisabuelo eran pageses». 

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«Mi abuelo tenía producción de fresitas, tenían los sembrados en ese terreno que luego se perdió de Santa Coloma porque se lo quedó Barcelona. Mi familia cruzaba la vía del tren y estaba el campo de fresitas, guisantes, producción en general de frutas y verduras. Su producto más importante eran las fresitas que vendían a los mejores restaurantes de Barcelona como el 7 Portes. Mi abuelo llevaba las fresitas en cordoncitos colgados en los brazos, comía en Barcelona y luego se iba al Liceu – al gallinero por supuesto – y escuchaba ópera o alguna zarzuela».

En aquella época, las mejores familias de Barcelona venían a pasar el fin de semana o a veranear a Santa Coloma, donde tenían sus torres: «algunas de ellas todavía están en pie, por ejemplo la Torre Balldovina que era de la familia del escritor Josep María de Segarra, en Singuerlín encontrabas sus calles – la Av Catalunya, las calles de Anselm Riu, Enric Granados – llenas de torres, lo mismo la C/Mossen Jaume Gordi o Can Roig i Torres que ahora es el Auditorio».

La primera taxista del pueblo – que entonces era Santa Coloma – fue su abuela: «ella tenía una tartana que hacía las veces de taxi, así que el domingo por la tarde recogía a las personas de Barcelona que habían pasado el fin de semana y se los llevaba de regreso a Barcelona, al llegar recogía a mi abuelo y otros pageses y los traía de regreso a Santa Coloma, el taxi no solo era para las familias que vivían en las torres sino para todo aquel que tuviera negocios o recados que atender en Barcelona». 

rosacasamitjanaAsí mismo, fue su abuela quien enseñó a las mujeres a parir a sus hijos: «agachada y agarrandose en dos sillas, ella y sus amigas asistían a las parturientas… experiencia tenía mucha ya que fue madre de 14 hijos aunque solo le sobrevivieron 3, esto fue porque ella no sabía que tenía el RH negativo».

Su madre, a pesar de la limitante de sufrir las secuelas de la poliomielitis que padeció a los 3 años, trabajó hombro con hombro con su padre en la Fábrica La Colomense, que se fundó entre 1920 – 1925 aproximadamente.

«Los años de la guerra les afectaron porque el bando republicano les confiscó los 3 ó 4 camiones, cuando acabó la guerra los recuperaron, uno estaba en Salamanca, los otros no lo recuerdo; durante la guerra siguieron fabricando gaseosas, todo era natural, se hacían con limón y azúcar, mi familia no lo pasó tan mal porque intercambiaban azúcar por otros productos».

Durante estos años, su abuela se iba con sus amigas en la tartana o en el tren, en ruta por el Vallés hacia Montcada e iban intercambiando productos, gracias a la moda de la época y las grandes faldas que entonces se usaban se escondían la comida bajo la ropa: «se la amarraban con unas cintas bajo la falda y como la guardia civil o quienes estuvieran revisando no las podían quitar o pedirles que se la subieran, ellas supieron sacar provecho y así era como pasaban muchos productos de contrabando incluída la leche condensada con la que me alimentaron de pequeña». 

Santa Coloma era un pueblo, tenía vaquería, granja, herrería, carpintería, botica… en fin, todos los oficios necesarios en la vida de los pueblos, pero fueron sus abuelos y unos vecinos quienes fundaron La Colomense, además tuvieron una tienda de comestibles, carbonería, parada de pescado,  distribución de hielo en bloques …

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«Un camión llevaba las bebidas y el otro el hielo, así distribuían las gaseosas; antes de que fuera inaugurado el Mercado Segarra mi abuela tenía la parada del pescado en la C/ del Mercado en la zona donde está el Auditori, ahí estaban todas las paradas con los toldos, este negocio de pescado lo tuvo entre los años 20 y 30, cuando se inauguró el Mercat de Segarra aquello se acabó y fue entonces cuando puso la tienda de comestibles en la esquina de la C/Anselm Clavé y Vistalegre, donde ahora está la Tienda MiAroma, sobre la tienda está la que fue mi casa familiar, mi padres tiempo después la modificaron e hicieron pisos para la familia». 

Continuará ….

2ª parte: http://emprendedoresenprimerapersona.com/2015/07/31/rosa-marco-familia-paterna-y-sus-primeros-anos/

3ª parte: http://emprendedoresenprimerapersona.com/2015/07/31/rosa-marco-no-me-asusta-nada/